Por: Florentino. Quiroz.
Que dos negaciones producen una afirmación es válido solamente para la lógica-matemática, el griego, el latín, el alemán y el inglés. En las lenguas romances y en particular en la nuestra, esto no sólo no es válido sino que, por el contrario, dos negaciones tienden a reforzar la negación o a poner en juego otros muchos matices posibles. Voy a hacer breve un recorrido por algunas de las formas posibles de negar en nuestra lengua.
La manera más común de negar un enunciado consiste en colocar un no delante del verbo, con lo cual queda negado el predicado. Por ejemplo: “hoy no comí”. La frase nos resulta un poco cortante, por lo cual lo habitual es decir: “hoy no comí nada”.
En nuestra lengua las partículas negativas tienden a acumularse, aparecen de a dos y hasta de a tres. Enumeraré las principales partículas negativas: nadie, nada, nunca, ninguno, ni, sin, jamás, tampoco. También funcionan como sintagmas negativos: en la vida, en parte alguna, en el mundo. Por ejemplo: en mi vida vi un vestido más feo.
En todos los casos nombrados hasta ahora, la negación es un efecto sintáctico. Se produce un fenómeno de concordancia negativa que hace que se reconozcan e interpreten como negativas las frases aún en ausencia del no.
Existe también la posibilidad de negar acorde con el valor semántico o léxico de ciertas palabras. Por ejemplo: tienen valor negativo los verbos negar e ignorar; así como también lo dan ciertos prefijos como des- en desobedecer que tiene el sentido de no-obedecer, desmerecer, desleal; el prefijo in- en indiscutible, inculto, indigno, incurable y el prefijo a- en agramatical, asimétrico, anormal, amoral.
Asimismo existe una larga serie de modismos negativos, locuciones o frases hechas más o menos fijas, respecto de las cuales los gramáticos nos hablan de “grados de fosilización”. Algunos de estos modismos negativos son: no ve más allá de sus narices, no es moco de pavo, no es santo de mi devoción, no es trigo limpio, no está el horno para bollos, no se anda con chiquitas, no me entra en la cabeza, no tiene pelos en la lengua, no tiene dos dedos de frente, no tiene sangre en las venas, no tiene donde caerse muerto, no cuesta un centavo, no deja títere con cabeza, no le llega a la suela de los zapatos, no dio pie con bola, no pegué un ojo, no movió un dedo, no suelta prenda, no dijo esta boca es mía. También: me importa un pepino, frase que no exige el no.
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Acerca del autor:
Florentino Quiroz
Es un respetado lingüista, profesor y director de preparatoria y, entre sus múltiples ocupaciones, también escribe en una revista en Estados unidos... Que es mucho más seria que ésta.
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