Por: Tourner // Asistido por: Chef Elvira Hernández
Mi experiencia con restaurantes, café y con la chef más cercana a mí (que es mi madre) me ha hecho considerar lo mal educado que está el público mexicano en lo que respecta a comer en la calle o en un restaurante, no sólo en cuanto a modales ya que incluso somos malos a la hora de pagar, somos caprichosos y molestos, injustos, muy sucios y, lo peor, esperamos dobles porciones pagando sólo una o bien, quisiéramos que la porción fuese inmensa para llenar la barriga.
Es por esas y otras razones que abro esta sección, asistida por la chef Elvira Hernández y mi criterio, esperando que la próxima vez que se dirijan a comer en la calle lo hagan con una mirada más crítica y no se burlen de ustedes en la cocina por lo ignorantes que son. La experiencia habla.
Consejo #1 para ser un buen comensal.
Saber elegir el lugar donde comes es saber a quién te enfrentas.
Un buen comensal sabe la diferencia entre un restaurante y cualquier otra cosa, por lo que, regularmente cuando hablamos de menús económicos compuestos por sopa o arroz, plato fuerte hecho de un guisado de común preparación, postre que es regularmente gelatina o algo muy sencillo y un poco de agua, estamos hablando de una Fonda de cocina económica y no es un restaurante propiamente dicho; si hablamos de un establecimiento donde la comida es pre hecha, no existen meseros, escoges tu mesa para comer y donde se paga y se ordena la comida en un mismo lugar es un establecimiento de comida rápida, además que estos últimos no manejan una carta, sino una lista de precios gráficamente atractiva pues el comensal es un cliente de entrada por salida y su política no es calidad ni sabor sino cantidad y venta. Actualmente ya existen restaurantes cuya especialidad son los tacos, mas la mayoría de los establecimientos que ofrecen este tipo de comida son sólo taquerías y nada más, no cuentan con menú, carta o lista de precios gráfica, la estrategia de este tipo de establecimientos es similar a la de un establecimiento de comida rápida. Por esta última explicación también se puede deducir que los establecimientos donde se venden antojitos, son algo muy similar a los dos anteriores variando la sazón y el estilo, ya que estos son establecimientos de fritangas. Todo lo anteriormente dicho además de las luncherías, torterías y demás no son realmente restaurantes pues no manejan un estilo o presentación en los platillos, no hay una cocina seccionada, en muchas ocasiones no hay personal de intendencia, no hay delegación de responsabilidades en la preparación de los alimentos (y, hablando del caso de los establecimientos de comida rápida como McDonald’s el modelo es empresarial vertical), no hay comida a la carta ni meseros o bien, una administración especializada en el buen comer y manejan precios regularmente bajos puesto que no está en juego el salario de todo un personal.
Existen restaurantes de cadenas que manejan un solo estilo en su cocina (en México: Vips, Bísquets bísquets de Obregón, California, etc. En Colombia, México y recientemente en otros países de América latina: Creppes & Waffles, Internacionalmente: Chilli’s, Señor Frogs), estos si son restaurantes sin embargo su calidad puede variar mucho y, por lo mismo, suelen ser malos y caros para la calidad ofrecida.
Es decir, el buen comensal debe saber a dónde ir para poder pagar en relación con la calidad del servicio y comida (que por ser administrada por un chef, tiene que ser hecha al momento, fresca y casera) sin influir las agresivas campañas publicitarias que atraen a gente que carece de una educación nutricional y dietética, que es fundamental para el buen vivir y para la restauración del cuerpo y mente.
Han de pensar que por lo dicho, un verdadero restaurante es un sitio muy caro, con comida rara y que además sirven miserias, empero abundan buenos restaurantes, cuya comida, además de ser buena, moderadamente barata y nutritiva poseen un higiénico y buen servicio, pero normalmente son famosos de manera local. Las porciones de carne y demás, que parecen ser muy austeras son siempre pensadas y planeadas para el consumo de una persona normal saludable, que no rebasa los 300 grs. por porción en el plato fuerte, que es lo ideal para evitar la obesidad. Más adelante hablaré al respecto de esto.
Foto: La tour d'argent (Torre de plata, Francia)
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